Nuestros abuelos se dedicaban, mayoritariamente y de sol a sol, a trabajar en el campo. No existía la mecanización. Tampoco tenían luz o agua corriente en sus casas. Algunos centros de interpretación de la Hoya de Huesca posibilitan acercarse a esa realidad y a los cambios acaecidos en las últimas décadas. A poca distancia de Castilsabás, junto a la ermita del Viñedo y rodeado de olivares, se alza un conjunto etnográfico de gran valor, un molino de aceite que muestra la elaboración tradicional del aceite. En Almudévar, villa con numerosas bodegas excavadas en los cerros, el espacio “El Bodegón” profundiza en la elaboración tradicional del vino. Por su parte, en Salillas existe una nevera o pozo de hielo, cerrado por cúpula con espectaculares nervaduras, que nos habla del almacenamiento de hielo o nieve para la conservación de alimentos, el refresco de bebidas o el uso terapéutico. Finalmente, la fuente de los Moros es un monumental pozo-fuente en Albero Alto, testimonio medieval de la búsqueda y acondicionamiento del recurso más preciado: el agua.

 

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