Esta zona debe su nombre a los Mallos, grandes masas de piedra conglomerada en paredes verticales, aisladas, que alcanzan una altura de más de 300 metros.
Además de la riqueza geológica y paisajística que los mallos proporcionan a este territorio, otro aspecto relevante es la gran cantidad de aves rapaces que puedes ver en ellos. La zona es famosa por el rafting o descenso del Cañón del río Gállego, la escalada en Riglos y la observación de grullas en el embalse de La Sotonera. De renombre son también la Colegiata de Bolea, el Castillo de Loarre, las iglesias y museos de Ayerbe, Murillo de Gállego y Agüero, o la ermita de la Virgen de la Peña en Aniés, entre otras.