Entre los arroyos Ripa y Prieto encontramos el escalonado caserío de Sasa del Abadiado.
Antiguo lugar perteneciente a la cercaba Abadía de Montearagón, la población se distribuye en torno a una plaza dispuesta en dos niveles de manera que la iglesia quede como protagonista central de uno de ellos.
Los casales que configuran el núcleo urbano son potentes, macizos y de grandes dimensiones, así como la iglesia, un templo dedicado a Santa María que bebe de proyectos renacentistas, pero que fue posteriormente reformada en el siglo XVIII.
En los alrededores encontramos la ermita de San Vicente, un pequeño templo arruinado de tipología popular, pero en un entorno de gran encanto; también de interés, una necrópolis medieval de sarcófagos y lajas, y la fuente de la Cueva, de aguas medicinales.
La localidad celebra sus fiestas el 22 de mayo, por Santa Quiteria, y el 22 de enero, por San Vicente, así como incluirse como otro de los pueblos que llegan hasta la ermita de la Virgen del Viñedo en cada romería del 1 de mayo.