Lo primero que nos sorprende de ella es su ubicación, en lo alto de un cerro de capas yesosas, dominando los llanos de la Violada, cercana al importante pantano de La Sotonera. De hecho, es el río Sotón el que discurre muy cercano a la localidad.
Dentro del casco urbano encontramos la iglesia parroquial de San Jorge, en la que destaca su torre de estilo mudéjar. En el interior del templo podremos visitar un pequeño museo de Arte Sacro. Como ocurre en otras zonas de los alrededores, bajo el monumento sacro se disponen diseminadas por el cerro varias cuevas-vivienda y bodegas subterráneas, construcciones etnológicas de importante valor cultural.
Ubicado en la zona alta del pueblo, un pequeño mirador nos permitirá contemplar los llanos de la Violada, su riqueza paisajística y faunística, convirtiéndose en un perfecto rincón para la observación de aves.
Si hablamos de senderismo, Alcalá de Gurrea forma parte de la ruta ornitológica de La Sotonera, una ruta especialmente diseñada para los amantes de las aves, que podrán toparse con milanos, garza, y según la época (febrero-marzo), con las Grullas, en su camino de regreso a las países del norte de Europa.
Otros enclaves de interés son La Fontaneta y la Fuente de las Pilas.
Celebran sus fiestas el 8 de mayo, por la Virgen de Astón, y el 24 de Agosto, por San Bartolomé.
En este caso tenemos que hablar de un poblado de reciente creación, concretamente en los años 20 del siglo XX; diseñado y levantado como albergue de los trabajadores de la presa y el embalse de la Sotonera y de sus familias.
Pasearse por sus calles, por los restos del poblado, da la sensación fantasmagórica de internarse en una decorado de película abandonado a su suerte. Dentro de su arquitectura singular, denominada “modernista de colonia”, se conservan dos de los barrios originales. Según la época del año, nadie se pasea por aquí. Sin embargo, el bullicio se asoma en la temporada estival, ya que la presa de tormos se convierte en un espacio perfecto para la práctica de los deportes náuticos.
Otro de los intereses de Tormos son dos restos de época medieval situados a escasa distancia: la ermita de los Agudos y los restos del torreón de la Atalaya.