Este pequeño núcleo se dispone a escasos kilómetros de Lupiñén y está formado por casas de construcción popular que crean un entramado amplio que nos lleva hasta la iglesia, edificio protagonista y de gran interés estilístico.
La iglesia de Nuevo está dedicada a San Salvador, está compuesta por una única nave de cinco tramos separada por arcos apuntados, concluyendo todo este espacio en un ábside semicircular cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. En el lado sur, el acceso presenta tres arquivoltas sustentadas por capiteles lisos. En su interior se guardan los restos de pintura medieval que parecen representar una epifanía.
A muy poco kilómetros se puede acceder por pista hasta la capital de La Sotonera, Bolea.
Enclavada en un marco natural incomparable dentro del llano de la Hoya de Huesca, en las cercanías del embalse de la Sotonera, muy cerca de Tormos, Montmesa guarda en su interior, y alrededores, diversas sorpresas para el visitante.
Su caserío, dispuesto escalonadamente aprovechando la pequeña elevación sobre la que se asienta, presenta construcciones de diversa índole realizadas con los materiales típicos de la zona, piedra y tapial. Algunos de estos edificios datan del siglo XVIII y presentan escudos de armas y portadas doveladas.
Coronando el pueblo, la iglesia de San Miguel Arcángel, un templo de origen románico del siglo XII modificado entre los siglos XVI-XVIII que presenta una bella torre mudéjar, único ejemplo de este estilo aragonés en toda la zona.
En el interior de sus calles se abre el Centro de Interpretación Alberca de Alboré, un reconocido espacio que muestra a sus visitantes la importancia de este humedal, de su biodiversidad y de su interés como espacio de recepción de las grullas, que cada año paran aquí en su camino hacia climas más húmedos.
En los alrededores podemos encontrarnos con la ermita popular de Nuestra Señora de Turrullón, del siglo XVII.
Montmesa celebra sus fiestas el 29 de septiembre por San Miguel.
Situado en la vega del río Sotón, en los denominados Llanos de la Violada, Ortilla es un pequeño núcleo cercano al embalse de La Sotonera, que hoy comparte municipalidad con la población de Lupiñén.
Históricamente ambas localidades pertenecieron a La Soberana Orden de San Juan de Jerusalén.
El trazado de su casco urbano se articula en torno a dos calles que poseen viviendas de los siglos XVI al XVII, destacando entre ellas la casa del General Perena.
Centrando la población y destacándose entre las históricas casonas de sillarejo, la iglesia parroquial de San Gil Abad. Se trata de un templo de origen románico que fue recrecido posteriormente, entre los siglos XVI y XVII, para acomodarlo a los nuevos gustos y necesidades de la población.
Como en otras poblaciones de la zona, Ortilla presenta bodegas excavadas en la zona oeste de la ladera.
En los alrededores encontramos algunos interesantes elementos patrimoniales; por un lado, la ermita de Nuestra Señora de la Garganta, de popular factura, que conserva en su interior un bello retablo de la Inmaculada; y por otro, los restos de una villa romana en las proximidades de la finca “La Mezquita”.
Ortilla celebra sus fiestas el 1 de septiembre, por San Gil.
Situado en la Sotonera, hoy forma municipio conjunto con la localidad de Ortilla, e históricamente perteneció a la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén.
Su caserío muestra importantes casonas, potentes construcciones de dos y tres plantas, que pueden datarse entre los siglos XVII y XVIII, y cuyas calles van a parar a la plaza central donde se ubica la iglesia parroquial dedicada a San Martín, un templo que combina elementos románicos y múltiples muestras del gótico aragonés del siglo XVI, aunque el volumen principal se erigió en el siglo XVIII. La iglesia presenta planta de cruz latina y cúpula en el crucero.
En los alrededores pueden visitarse algunas ermitas: la de San Pedro de Verona, de los siglos XVI al XVIII, y la de Nuestra Señora de la Huerta, que aunque renovada en su totalidad, conserva en su interior la interesante talla románica de la Virgen.
También en sus inmediaciones se conservan los restos de una villa romana y un importante yacimiento hispano-visigodo.
Como curiosidad, la Fuente de los ocho caños, dos de los cuales tienen forma de nariz y vierten agua de un manantial diferente de los otros seis.
La localidad celebra sus fiestas por Pentecostés, y el 25 de agosto por San Ginés.