Esta aldea perteneciente a Murillo de Gállego se ubica en la margen izquierda del río homónimo, con el marco incomparable de los mallos de Riglos y junto a un bosque de robles centenarios.
Su caserío se dispone a ambos lados de una calle que baja en pendiente desde la carretera. Mientras, al otro lado de la calzada, se ubica en un altozano la ermita de Santa María o Virgen de Concilio. Fue declarada Monumento Nacional en 1931. Se trata de un edificio de origen románico, como acusa su ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Sin embargo, su interior presenta traza gótica: la nave se cubre con una armadura de madera que apoya sobre arcos apuntados. Junto al templo se sitúa un pajar, conocido como “Pajar de Chorra”, que guarda entre sus muros un arco mozárabe, el único resto de un antiguo monasterio visigótico que se incendió misteriosamente en 1215.
Sobre una potente elevación del terreno, en la orilla derecha del río Gállego, se despliega escalonadamente el caserío de Murillo.
La llegada hasta la población resulta sumamente espectacular. La carretera que nos lleva está flanqueada por un paisaje que poco a poco se convierte en monumental y absorbente: a un lado Murillo, con Peña Rueba al fondo, y al otro lado, Riglos, y sus espectaculares mallos como sempiternos guardaespaldas.
La subida hasta el centro de la población habrá de ser sosegada porque la pendiente así lo requiere. En la plaza mayor encontrará el ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Salvador, templo románico del siglo XII, como así lo atestigua la cripta del Santo Cristo, y el ábside monumental del templo, aunque parte de sus muros pertenecen a épocas posteriores.
Si seguimos subiendo, perdiéndonos entre el entramado laberíntico de sus calles, llegaremos hasta el núcleo primigenio de la localidad, donde se sitúa la ermita de la Virgen de la Liena, de cuyo edificio original sólo se conserva una ventana geminada con dos arcos en uno de sus muros.
No muy lejos de allí, en el punto más alto de la población, donde existió una pequeña fortaleza defensiva, se ha creado un parque geológico. Desde este enclave se puede entender mejor la naturaleza que nos rodea, así como disfrutar de las espectaculares vistas panorámicas de la Galliguera, con Riglos en un excelente punto fotográfico.
Una de las citas más importantes del año en Murillo es el momento del descenso de las nabatas por el río Gállego, en torno a la festividad de San Jorge, el 23 de Abril.
La localidad celebra sus fiestas el 24 de agosto por San Bartolomé, y en enero las hogueras de San Sebastián.