Embalse de Vadiello
Este idílico y solitario paraje que forma el agua del embalse, el propio río y sus barrancos y los monumentales mallos que lo rodean, es una visita obligada para todo aquel que desee conocer el Parque Natural de Guara y disfrutar de la naturaleza y el silencio, a tan sólo quince minutos de la ciudad de Huesca. Ocupa parte del desfiladero del río Guatizalema, al pie de los Mallos de Ligüerri.
Asimismo en la zona del embalse se encuentran los barrancos de Escomentué, del Diablo, de Lazas y la Canal del Palomo que cobijan numerosas buitreras.
En este enclave el visitante puede practicar el senderismo, a enclaves como la ermita rupestre de San Chinés o a la de San Cosme y San Damián, o bien observar las múltiples rapaces que aquí habitan. Para los más atrevidos, la escalada en los mallos o la espeleología en las cuevas del entorno son las dos alternativas estrella.
Mallos de Vadiello
En un entorno singular y especialmente bello con el embalse del mismo nombre en la parte central, se levantan estas formaciones de conglomerados, grandes paredes verticales aisladas, denominados mallos. Los de aquí son conocidos como los Mallos de Ligüerri, y están dominados por los monolitos la Mitra y el Puro, junto con el barranco de Isarre en el que se encuentra la ermita de San Chinés. Otro de los símbolos pétreos de Vadiello es el "Huevo de San Cosme". Una larga lista entre la que se encuentran la Patata, los Pepes, también llamados mallos d’Aliana, Lazas, las Crestas del Borón, el pico San Jorge, más los barrancos de Escomentué, del Diablo, de Lazas y la Canal del Palomo, en los que puede ver gran cantidad de buitres leonados.
En los mallos de esta zona son redondos y forman un macizo pétreo ideal para los amantes de la escalada.