Cerca del río Isuela, sobre una pequeña loma, se encuentra la entrañable población de Sabayés.
Su distinguido caserío presenta buenos ejemplos de noble arquitectura, casas de sillarejo cubiertas con lajas de piedra, otras con arcos de medio punto como dovelaje de entrada, muy características del siglo XVIII. En otros casos, la arquitectura se ha hecho más moderna, pero casi siempre intentando no desentonar con el resto de edificios.
En la zona más alta del entramado, donde la colina encuentra su cumbre, sobresale la iglesia parroquial de San Andrés, una obra románica reformada en los siglos XVI y XVII. Únicamente se conserva del antiguo templo la parte de los muros de la parte central que están rematados por modillones. Sin embargo, es su torre la que atrapa nuestra mirada. Potente y monumental, su enclave estratégico y su robusta estructura nos hablan de una torre-campanario defensiva que sigue ejemplos de las torres que protegían las montañas pirenaicas en época medieval.
En el extremo poniente del casco urbano encontramos los restos de un castillo de época iberorromana en origen, aunque lo que hoy vemos se realizó en el siglo XI por orden de Pedro I en tiempos reconquista y de inestables fronteras.
En los alrededores de la población podremos encontrar, siguiendo las indicaciones, la ermita de Nuestra Señora del Patrocinio, conocida como del “Gallinano”; en su exterior se encuentra la abadía o casa del santero, construida en 1760. Muy cercana a la ermita, la Fuente de las Huertas, que se completa a ambos lados con el abrevadero y el lavadero, realizada según tipología de los siglos XVII y XVIII.
Bajo el cerro que sustenta el castillo se excavaron bodegas en la roca cuya presencia solo es revelada por los pequeños accesos de piedra y ladrillo.
Al este de la población, necrópolis medieval.
Conectado por camino con la localidad encontraremos el coqueto centro de interpretación “Espacio Salto de Roldán”, dedicado a la botánica y ganadería de la zona.
Sabayés celebra sus fiestas el 3 de febrero con la hoguera de San Blas; el 8 de septiembre las Fiestas Mayores en honor a la Virgen del Patrocinio; y por último, las fiestas menores en honor a San Andres, el 30 de noviembre.