Castillo de conglomerado que custodia una de las puertas de entrada al Pirineo
Los Mallos de Agüero son una asombrosa fortaleza natural, un paisaje insólito y único en el mundo.
Un vistazo de más cerca nos permite imaginar el antiguo paisaje que esconde. Están formados por estratos horizontales que se sedimentaron hace unos 25 Millones de años. Aquí hubo una confluencia de ríos torrenciales, uno que provenía de la zona de Biel-Luesia (Abanico Fluvial de Luna) y otro de mucho menor recorrido (Abanico Aluvial de Agüero) que nacía en la zona de Punta Común. Se depositaron grandes cantidades de gravas y arenas que capa tras capa, llegaron a acumular 200 metros de conglomerados y areniscas.
Aun siendo duros como un mortero bien fraguado, los Mallos de Agüeros se agrietaron y aún se están erosionando hoy en día a través de grandes fracturas que modelan los Mallos. Una de ellas ha aislado a la Peña Sola, y otra paralela acabará aislando al Mallo d’O Castiello que tiene al lado.
Las vistas que ofrece el Barranco de la Rabosera son una de las mejores para ver la geología del final de una cordillera como el Pirineo. Las capas más antiguas están inclinadas porque se sedimentaron conforme iba creciendo la Sierra de Santo Domingo, pero las capas más jóvenes, situadas más arriba, están prácticamente horizontales, por lo que entre ambas se sitúa el momento en el que se terminó de levantar el Pirineo en este sector.
XXVI PREMIO FÉLIX DE AZARA
Autores:
Diego Vázquez-Prada Baillet
Jose Miguel Pérez Cara
Mapa de situación. En rojo, límite del LIG
Peña Sola y Mallo d’O Castiello y en el fondo el Barranco de la Rabosera.
Alternancia de Conglomerados y capas de arenisca en los Mallos de Agüero.
Representación idealizada de la confluencia de abanicos aluviales en el primer estadio de depósito de los Mallos de Agüero, hace unos 28 millones de años.
El conjunto de conglomerados de Agüero visto desde la Ermita de San Esteban
La capas basales debajo de los Mallos de Agüero aparecen plegados.




















