Es color, es olor, es todo un fenómeno. La floración del almendro, el primer frutal en dar una temprana bienvenida a la primavera, supone todo un acontecimiento. Así se siente en el ambiente, en el campo, que va preparando su intenso verdor, en los árboles, que van virando sus grises cortezas a tonos más intensos, y en nuestros ojos, que están deseosos del despliegue colorista primaveral.

 

Almendro3 HoyadeHuesca

 

El almendro, además, tiene para mí una mezcla de sensaciones, recuerdos y emociones muy vivas: comer Baklava junto a mis amigos y familia en las fiestas especiales, mi Estambul natal, aprender a cocinar junto a mi madre…; pero no sólo me habla del pasado, también me trae al presente, a una tierra que acoge por la belleza de sus paisajes y de su gente. No puedo olvidar que desde que llegué hace dos años, Huesca ha hecho que me sienta como en casa, cómoda, segura, llena, agradecida.

 

Almendros Hoya de Huesca

 

Pero hay algo más, porque, por supuesto, la floración del almendro, me lleva a mi abuela, a los paseos que dábamos por los campos en flor, a los recorridos en coche, no siempre por los mejores motivos… Pero es que su enfermedad me trajo aquí, al lugar del que me siento parte hoy, así que sólo puedo sentirme feliz de expresar mi cariño y mi pasión por estos paisajes. Son los juegos de la vida: nunca sabes dónde te van a llevar…

Cosas/ 1.Amo las cosas que nunca tuve con las otras que ya no tengo. …/ 4. Viene un aroma roto en ráfagas; soy muy dichosa si lo siento; de tan delgado no es aroma, siendo el olor de los almendros./ Me vuelve niños los sentidos; le busco un nombre y no lo acierto, y huelo el aire y los lugares buscando almendros que no encuentro...

Esta poesía, un poquito triste, de la poetisa chilena Gabriela Mistral, me la recitaba mi abuela mientras visitábamos lugares especiales que se tornaban, y se tornan, más bellos si cabe por la presencia de los almendros en flor: el castillo de Loarre, Riglos, Murillo de Gállego, la ermita de la Virgen de la Peña de Aniés, Gratal desde Arascués, los entornos de Apiés o Santa Eulalia la Mayor… La nostalgia hacía que se acordara de su pasado chileno (sí, mi abuela también estuvo en Chile…, pero esta es otra historia…), y trajera de su memoria voces de ese tiempo hasta mí. Sin embargo, lo importante de compartirla hoy en el post con vosotros es advertir lo bien que transmite Gabriela la sutileza de esa elegante belleza del almendro, su aroma y su discreto pero a la vez enérgico florecer.

 

Almendros1 HoyadeHuesca

 

Ver cómo parte de la comarca va adquiriendo esos tonos blancos, con ligeros toques rosados, en un campo que va logrando un profundo verdor, nos llena de energía, parece que nos prepara para algo nuevo, para un nuevo comienzo. Quizá sea porque de esta manera muchos de los monumentos que aparecen aquí fotografiados parecen otros, como sus paisajes: ríos, valles, caminos y campos se rinden ante el espectáculo.

Almendros2 HoyadeHUesca

 

Una vez más, en mi mente se cruzan paisajes y culturas, será porque al fin y al cabo, el almendro pertenece al mediterráneo, y aunque aquí forme parte de un cultivo de interior, no deja de integrarse en ese arco marítimo que nos une; porque fueron seguramente los fenicios quienes lo introdujeron en España gracias a las rutas marítimas, iniciándose un cultivo de origen asiático en la península, que hoy cuenta con más de dos mil años de historia.

La variedad más importante en la comarca es la de tipo largueta, descubierta en 1914 por el clérigo de Alquézar, de Huesca. Hoy en día, el cultivo de este frutal representa para la Hoya de Huesca aproximadamente 5000 hectáreas y una productividad en crecimiento.

AlmendraLargueta HoyadeHuesca

 

¿Qué sería de la gastronomía de aquí y de allí sin este rico fruto? Antes hablaba del Baklava turco (uno de entre los muchos postres y platos que la utilizan) compartido en muchos momentos con mi gente de allá, pero aquí, existen innumerables recetas. Por un lado, el inconfundible sabor del pastel ruso de Huesca, o también, la tan apreciada y deliciosa Trenza de Almudévar o el turrón de guirlache, si nos decantamos por el dulce, pero no puedo olvidarme del tradicional cardo con salsa de almendra, por poner solamente un ejemplo.

Pero dejemos la mesa y volvamos al campo.

Aniés HoyadeHuesca

 

Más arriba hablaba de varios y hermosos rincones de la comarca, así que ¿por qué no atravesar el camino que nos lleva hasta esos imponentes riscos de Aniés? Desde luego, merece la pena. Caminar poco a poco, atisbar los diferentes colores y llegar hasta la cumbre de la peña por un sendero sencillo, apto para todos, puede ser una buena opción para ir inaugurando la nueva estación. Las vistas desde allí arriba, bien merecen el intento.

 

Aniés2 HoyadeHuesca

 

¿Qué decir de Riglos? Visitar en estos momentos las paredes de estos potentes mallos nos da la posibilidad de verlos contrastar con más intensidad, si es que eso es posible... Lo mismo habrá de decirse de sus mallos vecinos: Agüero o Murillo se entregan a la primavera con la misma calma y belleza que en la otra orilla del río Gállego.

Riglos HoyadeHuesca

 

No quiero olvidarme de uno de los iconos de la comarca: El castillo de Loarre. Desde luego, su estampa imponente nunca pierde fuerza, sin embargo, se dulcifica, cede algo de su cometido como fortaleza inexpugnable y se somete al dominio inexorable de la primavera. De alguna manera se funde con ella en un abrazo que nos abarca también a nosotros como espectadores.

Loarre HoyadeHuesca

 

Quizá ya hayáis visitado este monumento, pero hay algo que se me viene a la mente ahora mismo, y son unas palabras de Antonio García Omedes a propósito del castillo: “Te recomiendo encarecidamente la visita fuera de temporada, en sosiego, cuando apenas haya nadie tangible a tu alrededor. Saborea su arte aun cuando no lo comprendas y déjate llevar”. No hay nada más que pueda añadir…

Gratal HoyadeHuesca

 

Estos son tan sólo unos ejemplos, pero cualquier paseo o excursión por la comarca en estas fechas va a convertirse en un acierto y en un espectáculo para la vista.

SaltodeRoldán HoyadeHuesca

 

A mí particularmente me encanta perderme por los campos, desviarme del camino, encontrar un rincón, un almendro solitario que me invita a tomarlo como punto de fuga hasta más allá de lo que me lleva la vista… Así, siempre puedo tropezar con Peña Rueba, con la sierra de Loarre o los mallos de Riglos, con el Salto de Roldán, con el Tozal de Guara, con Gratal, con sierra Gabardiella, Montearagón… Mil puntos e infinitas miradas que te harán perder el control de tu cámara fotográfica…

 

SaltodeRoldán2 HoyadeHuesca

 

Ojalá encontréis en el post de este mes ideas e inspiraciones para conquistar una primavera que comienza.

 

FlorAlmendro HoyadeHuesca

 

¡Nos leemos el mes que viene!

Un abrazo,

Selnur.

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