En Aragón, la tradición popular asegura que, durante la noche de ánimas, los espíritus errantes de los difuntos vagaban por las calles de nuestros pueblos. En esta noche mágica, los vivos ayudaban a las almetas, como aquí se conocen a estos espíritus, a seguir el itinerario correcto. Las velas les marcaban el camino y con calabazas talladas a modo de terroríficas calaveras las disuadían de entrar en las casas.
Esta marcha senderista que se organiza en Lupiñén recrea este tránsito de las almetas y ofrece al caminante una experiencia deportiva y cultural de carácter familiar, divertido, festivo y no competitivo que recupera y adapta algunas de las más señaladas costumbres y tradiciones de la Hoya de Huesca para componer una ruta ambientada en la noche de difuntos.
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