En un enclave natural privilegiado, entre las sierras de Gratal y del Pico del Águila, Arguis es esa pequeña localidad que se adapta al terreno escalonado, formando calles estrechas y sinuosas, típicamente pirenaicas. Sin embargo, a veces esas mismas calles se ensanchan formando plazas, otras veces se generan esas peculiares casas-puente, creando pasadizos de escasa altura tan propicios para la fotografía y el recuerdo.
Arguis se documenta históricamente desde el siglo XI, de hecho, su parroquial de San Miguel data del siglo XII.
En las proximidades encontraremos la ermita de la Virgen de Soldevilla, siglo XVI, y la ermita de la Magdalena, sita en los altos prados de Bonés, con necrópolis medieval.
Resulta imposible hablar de Arguis sin hablar de su embalse, casi se podría decir que uno no existe sin el otro. Su primera factura data del siglo XVIII, por lo que es el embalse más antiguo de Aragón, aunque se conocen proyectos anteriores de Francisco Antonio de Artiga, eminente arquitecto oscense del siglo XVII que realizó la reforma arquitectónica de la Universidad de Huesca. Junto al embalse se encuentra el Centro de interpretación “Pascual Garrido”, dedicado a la difusión de las características de los bosques y las praderas del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. De hecho, parte del término municipal de Arguis está ocupado por el Parque Natural, con bellos enclaves como las Campas de Bonés.
El curso del río Isuela, junto al que se sitúa la población, forma un espectacular cañón que abre hacia las llanuras de la Hoya de Huesca. Se descubrirán la cueva y surgencia de San Clemente, en dicho cañón, próximo a la presa del embalse.
Desde Arguis se pueden realizar algunos de los senderos más alabados por los visitantes, como por ejemplo, la ascensión hasta el pico Gratal, el sendero perimetral alrededor del embalse, o la subida al Pico del Águila desde los alrededores de la población.
Arguis se engalana en honor a la Magdalena, el 22 de julio, y el 29 de septiembre, por San Miguel.