El pequeño caserío de Vadiello no posee excesivo interés como núcleo, pero sí por todo aquello que lo rodea, y es que el embalse homónimo está circundado por algunas de las muestras naturales más espectaculares de la Hoya de Huesca. Se trata de los mallos de Ligüerri, en los que destacan dos de sus monolitos, la Mitra y el Puro. En los alrededores destaca también el barranco de Isarre, en el que se encuentra la ermita de San Chinés.
Dentro de los iconos de esta zona está el Huevo de San Cosme, pero también el Pico Borón, el barranco del Diablo, de Lazas y un largo etcétera que sólo puede hacer al visitante acumular emoción en la visita de estos magos escondidos de conglomerado.