A los pies de la sierra de Guara, en un enclave de singular belleza, se levanta el caserío de Nocito.
Su entramado urbano, sencillo, se divide en dos a través del puente medieval que cruza el río Guatizalema.
Sus construcciones son típicas de montaña, de mampostería, con tejados de lajas de piedra, alguna de ellas con escudos heráldicos que identifican los nobles linajes, como los de Casa Ciprés y de Casa Molinero.
Destaca la iglesia parroquial dedicada a San Juan Bautista, y también la iglesia de San Pedro o Santa Marina. Se trata de un edificio del siglo XVI, de planta rectangular de tramo único cubierto con tosco artesonado de par y nudillo, con ábside de inspiración románica.
En las proximidades encontraremos un edificio de notable importancia histórico-artística: el Santurario de San Úrbez. Se trata de una construcción de una sola nave, aunque la ubicación de sus capillas hace que en planta resulte un templo de cruz latina. El material utilizado es la sillería y la cubrición se realiza a dos aguas. El grueso del edificio data de los siglos XVI al XVIII, aunque se conservan tramos románicos del siglo XII.
A escasos metros del templo de San Úrbez se conserva un roble milenario y monumental que bien vale la pena la visita.
También cercana, la ermita de Santa María de las Montañas, de orígenes románicos pero reconstruida en 1884.
No podemos olvidar los valores naturales y paisajísticos de la zona. Desde el pueblo podremos acceder al espectacular barranco de la Pillera o ascender hasta el Tozal de Guara desde su cara norte, techo del Prepirineo.