Ayerbe ha sido históricamente un lugar comercial, cruce de caminos e intercambios. Hoy sigue manteniendo esa posición y además se considera el centro neurálgico de toda una zona que se ha dado en llamar “Reino de los Mallos”.
Internarse en Ayerbe es conocer su magnífica plaza donde el monumental Palacio de los Urriés (siglo XV-XVI) nos da la bienvenida. Aunque este edificio es uno de los más sobresalientes de la localidad, existen otras casas nobiliarias de estilo renacentista aragonés en su casco urbano. Este es el caso de la “Casa de los Luna” o la “Casa Normante”.
El conjunto urbano de Ayerbe, distribuido en torno a la plaza alta, de Aragón, y la plaza baja, de Ramón y Cajal, gravita en torno al Palacio de los Urriés, ya comentado, y la torre del reloj, un baluarte civil realizado en 1798 para comodidad y distinción de su población.
Y hablando de torres. En Ayerbe se da la curiosidad de tener una iglesia sin torre, una torre sin campanas y un campanario sin reloj…
En la entrada de la villa, la iglesia de San Pedro, realizada entre los siglos XVI y XIX, cuenta con una bella portada del siglo XVII.
Al otro lado de la población, casi a la salida de la misma, nos encontramos con la preciosa torre románica de San Pedro, Monumento Histórico Artístico del siglo XII y único vestigio de la Colegiata de la localidad.
Destaca, en una de las calle principales de la villa, el Centro de Interpretación Ramón y Cajal, ubicado en la antigua casa donde residió durante parte de su infancia el destacado premio Nobel que nación en Petilla de Aragón. La parte baja del centro también funciona como Oficina de Turismo de la localidad.
Visitar Ayerbe significa acercarse hasta sus delicias gastronómicas: Tortas, dulces, setas… están a su disposición para llevarse un buen sabor a su paso.
En los alrededores de la población encontrará la Fuente de los Tres Caños, en dirección a Riglos, y el Santuario de la Virgen de Casbas, en dirección Biscarrués. Este último monumento data del siglo XVIII y conserva en su interior un completo conjunto iconográfico de pinturas murales. Hoy es visitable y bien merece la pena darse un paseo por su interior y exterior.
Algo más alejada del centro urbano, la ermita de San Miguel, guardián de la villa desde lo alto del cerro que le da asiento. Se trata de un templo de origen románico que hoy presenta ampliaciones y remodelaciones de diferentes épocas hasta el siglo XX.
También dentro del término, las ermitas de Santa Lucía, un templo románico del siglo XII, y la ermita de San Pablo, del siglo XVII.
Ayerbe cuenta con variadas y ricas festividades. El último domingo de enero celebra las hogueras de San Pablo; el primer domingo de junio se realiza la romería a la Virgen de Casbas; y el 8 de septiembre son las Fiestas Mayores, en honor a Santa Leticia, festividad en la que destacan la exhibición de Gigantes y Cabezudos y los “toros de fuego”. Por otro lado, durante la Semana Santa, resulta imprescindible acudir a la Enclavación, recreación de la Crucifixión de Jesucristo que culmina con la Rompida de la Hora y que ha sido Declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón.
La condición de centro neurálgico de la zona y la presencia de modelos de dinamización del territorio hacen que Ayerbe sea un núcleo donde siempre hay actividad y movimiento. Prueba de ellos son la Feria de Alternativas Rurales del Prepirineo, las Jornadas micológicas, el Concurso de Cortometrajes, las Jornadas del Renacimiento… Y un sinfín de eventos que hacen de la villa un centro destacable para su visita y disfrute.