Las sierras del norte de esta comarca constituyeron la frontera medieval entre las poblaciones cristianas del norte montañoso y las plazas musulmanas de la fértil llanura sur.
Recorrer La Hoya de Huesca te traslada a aquellos tiempos pretéritos donde la red de torres y castillos roqueros sirvieron para el avance cristiano en tiempos de la Reconquista. La posterior cristianización de los pueblos fue irradiada desde los monasterios e iglesias parroquiales de época románica, abundantes en este territorio, que con el avance de los tiempos se enriquecieron con pinturas murales de gran belleza o magníficos retablos.
En complemento con estas obras de primer orden, otros elementos de índole etnográfica y de claro origen medieval salpican este territorio, como puentes, molinos, fuentes, lavaderos, pozos fuente, pozos de hielo, ermitas rupestres o elementos de protección de los pueblos y las casas, éstos especialmente en las zonas de montaña.
Patrimonio del Medievo en la Hoya de Huesca:
ASEDIOS Y DEFENSAS. CASTILLOS, TORRES Y FORTALEZAS:
Castillo de Loarre, Castillo de Montearagón, Castillo de Marcuello, Salto de Roldán, Muralla de Huesca, Muralla y conjunto urbano de Antillón, castillo de Almudévar.
Religiosidad en el Medievo
Templos Medievales indispensables: Santiago de Agüero, Catedral de Huesca, Colegiata de Bolea, San Pedro el Viejo, San Miguel de Foces, San Miguel de Barluenga, Santa María del Monte, Iglesia de Pertusa.
El norte del mudéjar
La arquitectura mudéjar, levantada por manos musulmanas bajo dominio cristiano, es una de las señas de identidad patrimonial de Aragón. Su belleza, calidad y singularidad le han conferido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Los elementos más destacados se encuentran en Teruel, pero las muestras situadas más al norte en la geografía aragonesa se encuentran en la Hoya de Huesca. La esbeltez de sus torres puede contemplarse en Alcalá de Gurrea, Montmesa o Nueno.
Religiosidad popular en roca y silencio: ermitas rupestres en La Hoya
Los templos de la “ruta del silencio”, nombre evocador que recopila los principales eremitorios rupestres que puedes ver en la Hoya de Huesca, están enclavados todos ellos en parajes solitarios y de singular belleza. Se trata de edificios de pequeño tamaño, normalmente levantados en el periodo románico aunque con añadidos posteriores. Además del enclave y del valor arquitectónico del templo encontraremos buitres y otras aves rapaces así como interesantes especies de flora rupícola.
El acceso a estas ermitas rupestres requiere practicar senderismo, sin embargo su interés cultural-etnográfico-senderista y paisajístico las hacen merecedoras de una visita.
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