Al pie de la sierra de Gratal, junto al río Isuela, en un espacio natural elevado y singular, Nueno se regala a la vista del visitante desde todos los puntos de vista.

Entre las calles empinadas y estrechas de un entramado irregular, destaca de una forma muy peculiar entre el caserío, la iglesia parroquial de San Martín. Su ábside románico del siglo XII contrasta con la torre de ladrillo, realizada siguiendo técnicas y gustos de orden mudéjar: arquillos, rombos y figuras geométricas se combinan para dar como resultado un raro ejemplo del estilo al norte del valle del Ebro.

Nueno Parroquial

En la parte baja de la población, el molino, que siguió funcionando hasta bien entrado el siglo XX. Muy próximo se encuentra también el azud de Nueno, una obra moderna realizada sobre restos antiguos.

En lo alto de un espolón, en la zona izquierda del desfiladero creado por el río Isuela a su paso por la localidad, se encuentra el antiguo castillo de Ordás (siglo XII), una construcción de tipología militar de la que se conserva un gran muro de mampuesto. Y no lejos de allí encontraremos la ermita de Nuestra Señora de Ordás, antigo monasterio de monjas documentado desde el siglo XII y que presenta varias etapas constructivas, desde el siglo XII hasta el XVIII.

Desde las cercanías del pueblo, en la entrada al Golf de Guara, se sitúa uno de los caminos más habituales para llegar hasta las Gorgas de San Julián: un barranco espectacular creado por la acción del agua que se cuela entre las grietas de imponentes paredones de conglomerado. Estas formaciones son típicas de la Hoya de Huesca y crean paisajes característicos de singular belleza.

Nueno celebra sus fiestas el 11 de noviembre por San Martín.