Entre Quinzano y Ayerbe nos encontramos con la pequeña localidad de Loscorrales.
Consta de un caserío reducido y disperso centrado por la parroquial, iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.
Loscorrales cuenta con algunos ejemplos de relevancia patrimonial en sus alrededores, como por ejemplo, la ermita de Nuestra Señora de la Gaberdola, o Verdola, un delicado templo románico de la primera mitad del siglo XIII en el que llama la atención su cabecera plana, decorada con una ventana dovelada a modo de pequeñas pirámides, una singularidad que la convierte en única del románico aragonés.
Por otro lado, el derruido Castillo de Artasona, cuyos pintorescos restos, algo difíciles de encontrar, embellecen un saso en medio de la Sotonera.
La localidad celebra sus fiestas el 24 de enero por San Babil y el 2 de junio en honor a Nuestra Señora de Gaberdola.
Bajo la protección de los cerros que forman Estrecho Quinto y en la llanura de la Hoya, a orillas del río Flumen, se encuentra la localidad de Tierz.
Su conjunto urbano presenta la mezcla del histórico caserío con las nuevas edificaciones que hacen de ella un núcleo amplio y ordenado.
Históricamente perteneció al Abadiado de Montearagón y se cita documentalmente en el Cartulario de San Juan de la Peña en el 1089.
Las casas se distribuyen gravitando alrededor de su iglesia parroquial. Ésta está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y se trata de un edificio realizado en ladrillo y tapial que data del siglo XVIII.
En los alrededores se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Dolores (o Santa Cruz), del siglo XVIII.
Por una pista, bien acondicionada, que sale al final del pueblo, podrán visitarse las trincheras de la Guerra Civil. En ellas encontrará carteles informativos que le irán contando las vicisitudes del cerco a Huesca y los movimientos de ambos bandos durante estos duros momentos de la Historia de España.
Tierz celebra sus fiestas el 23 de abril por San Jorge y el 16 de agosto por San Roque.
En los límites de la Hoya de Huesca con los Monegros, nos encontramos con la pequeña localidad de Vicién.
Su disposición, en una ligera inclinación del terreno, generó un entramado sencillo que se basa en una única calle que vertebra todo el callejero hasta el espacio de la plaza en el que se encuentra la iglesia parroquial. El templo está dedicado a San Miguel y es obra del siglo XVIII, aunque su torre data del siglo XIX.
En los alrededores encontraremos la ermita de San Gregorio, y también, un asentamiento ibérico situado en la falta meridional de la localidad.
Como suele ser habitual en estas zonas del llano, Vicién posee pozo de hielo.
A través de un camino bien señalado el visitante podrá descubrir un lugar que conserva trincheras de la Guerra Civil, huellas del episodio más negro de nuestra historia.
Vicién celebra sus fiestas el 9 de mayo por San Gregorio, y el 29 de septiembre por San Miguel.
Ubicada en un entorno rico en cultivo cerealista, rodeada de olivos y trigo, se encuentra la localidad de Ibieca.
Un pequeño y encantador rincón de la Comarca de la Hoya de Huesca cuya disposición urbana discurre en torno a la plaza y la iglesia parroquial de San Clemente.
Sin embargo, uno de los elementos más destacados de la población se encuentra a unos dos kilómetros de allí: la iglesia de San Miguel de Foces, único resto del Monasterio fundado por la familia Foces, y cuyo interés se encuentra en la unión del espíritu cisterciense con los comienzos del gótico, así como en sus pinturas murales, enclavadas en el gótico lineal.
Para los deportistas, Ibieca forma parte también del Camino Natural de la Hoya de Huesca.