En un terreno cada vez más empinado y agreste se sitúa Sarsamarcuello.
Su callejero se adapta a las irregularidades del terreno, igual que su parroquial, en la que encontramos algunas zonas de su perímetro difícilmente franqueables. La iglesia está dedicada a San Nicolás de Bari y data del siglo XVIII.
Entre sus casonas del siglo XVI al XVIII destaca “Casa Abadía”, en la que puede distinguirse un doble vano geminado, hoy cegado.
A escasos kilómetros de la población podremos acceder por una pista en buenas condiciones hasta el espectacular mirador de los buitres, un espacio accesible donde poder dedicarse a la observación de aves, pero también deleitarse con un paisaje envolvente presidido por los mallos de Riglos, Peñarrueba y Agüero.
Antes de llegar al mirador pasaremos por el paredón del desaparecido castillo de Marcuello, que formaba parte de esa primigenia línea defensiva ideada por Sancho III el Mayor en el siglo XI, soberano del reino de Pamplona, y que formaba grupo geográfico con los de Murillo, Agüero, Ayerbe y Loarre.
Alrededor del castillo de Marcuello se encuentran también la ermita de San Miguel, de la que sólo se conserva su cabecera del tradicional tipo románico del siglo XI, y la ermita de Nuestra Señora de Marcuello, un templo que agrupa adiciones de diferentes épocas y estilos.
Sarsamarcuello es además parada obligatoria del Camino de Santiago en la Hoya de Huesca.
Celebra sus fiestas el 21 de enero con las hogueras de San Sebastián. El 21 de mayo se realiza la romería en honor de la Virgen de Marcuello y más adelante, en agosto, tienen lugar las fiestas mayores con motivo de la Ascensión de la Virgen. Y por último, las fiestas menores, en honor a San Nicolás de Bari, el 6 de Diciembre.