El marco natural de esta pequeña localidad de la comarca le aporta un sello singular. Y es que poder observar el Salto de Roldán en todo su esplendor desde allí, hace de su ubicación algo incomparable.
El núcleo urbano se San Julián tiene la particularidad de asentarse entre las dos laderas de un barranco, dividiéndolo así en dos pequeños barrios denominados de Yuso y Suso.
La iglesia parroquial destaca dentro del caserío popular y data del siglo XVIII, aunque cuenta con algunos muros y otros restos de época románica.
Entre las paredes del barranco que divide la población brotan unos manantiales, cuyas aguas son utilizadas para el abastecimiento de la ciudad de Huesca.
Una de las joyas del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara es el acceso hasta el barranco de San Martín de la Val d’Onsera; espectacular entorno en cuyas agrestes paredes se encuentra la ermita rupestre del mismo nombre y que bien merece un paseo, ya que la localización y las vistas son espectaculares.
San Julián de Banzo celebra sus fiestas mayores en honor a los Reyes, el 6 de enero, y sus fiestas menores en Pentecostés; asimismo la población se une a las más importantes romerías de la zona: la de la Virgen del Viñedo, y la de San Martín de la Val d’Onsera.
Esta pequeña localidad de la Hoya de Huesca también es conocida como Los Molinos de Sipán, por haberse asociado a este municipio durante mucho tiempo, hasta trasladarse la autoridad municipal a Loporzano en 1966.
Situado a 590 metros de altitud, Los Molinos muestra una arquitectura doméstica que sigue los esquemas clásicos del Somontano, destacando “casa Mairal”, del siglo XVIII.
Se conservan restos de un antiguo azud, un molino y un antiguo tiempo. Un hecho a resaltar es que el molino aceitero sigue en activo hoy día.
Su localización, en lo alto del espolón de un pequeño tozal, sigue la tónica de muchas de las localidades de la zona, aprovechando la piedra que aflora entre sus calles como cimentación para los edificios que la componen.
En la cumbre del pueblo, la iglesia parroquial. El templo está dedicado a la Epifanía del Señor y data del siglo XVIII. Está construido en sillería y consta de una sola nave. La cubierta interior combina la bóveda de lunetos con las soluciones a través de pechinas. La torre se levanta sobre la fachada; muestra sus extremos achaflanados y destaca por un chapitel de tambor octogonal.
Como gran telón de fondo, la Sierra de Guara, aportando infinitas miradas al visitante.
Loscertales celebra sus fiestas el 6 de enero, por la Epifanía; también el 12 de junio por San Juan de Sahagún, y el 9 de mayo se une a la romería a la ermita de los Santos Cosme y Damián.
Su caserío se levanta al borde de un profundo barranco, por lo que las casas se distribuyen radialmente alrededor de la iglesia parroquial.
La iglesia, dedicada a Santa Cecilia, es un templo de época románica (finales del siglo XII-principios del siglo XIII), aunque reutiliza cimentaciones anteriores. Destaca su torre, de un solo cuerpo, que fue mutilada en su remate y que seguramente pertenece a una edificación fortificada anterior. A su origen medieval se añade su entrada, rehecha en el siglo XVIII, donde podemos encontrar decoración animalista y signos grabados en sus dovelas, mostrando así uno de los mayores mensajes glyptográficos de Europa.
En el cercano río Flumen Chibluco conserva un pequeño puente de posible origen romano.
La localidad celebra sus fiestas el 12 de junio por San Juan de Sahagún; el 22 de noviembre por Santa Cecilia, y se une a dos de las romerías con más seguimiento de la zona: a la ermita de la Virgen del Viñedo el 1 de mayo, y a San Martín de la Val d’Onsera, el último domingo de mayo.