La localidad de Salinas es de reciente creación, ya que a mediados del siglo XX hubo de abandonarse la población original, hoy llamada “Salinas viejo” (despoblado), por problemas de corrimiento de tierra.
La iglesia parroquial está dedicada a Santa María Magdalena y por ello las fiestas patronales se celebran el día 20 de julio en su honor.
No ha de perderse el visitante que se precie de visitar el antiguo poblado de Salinas, comprobando así la variedad del paisaje y la riqueza patrimonial de este territorio.
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Ubicada sobre un llano, entre leves ondulaciones del terreno, y junto al río Asabón, Villalangua sorprende por su encanto y localización; apartada, entre un ambiente de gran calma y sosiego.
Su iglesia parroquial, en el centro de la población, está dedicada a San Miguel.
Como curiosidad, en sus alrededores podremos encontrar los restos del poblado medieval de Fañanás, junto al río Asabón, una necrópolis de lajas y los restos de la ermita de San Urbez.
Desde Villalangua podremos pasear hasta la localidad de Agüero por un sendero de gran diversidad paisajística, o podremos llegar has la Foz de Salinas, desde donde contemplar unas vistas panorámicas sin igual.
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Yeste es un pequeño pueblo perteneciente al municipio de Las Peñas de Riglos situado a orillas del pantano de la Peña.
La iglesia parroquial está dedicada a la Transfiguración del Señor y cuenta en su interior con una pila bautismal románica.
Uno de sus grandes atractivos es la conservación de un antiguo molino harinero. Fue restaurado y hoy puede verse como parte de un conjunto de gran valor antropológico y etnográfico.
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Entre las sierras de Javierre y Caballera se sitúa Rasal, sobre el valle por el que discurre el río Garona, hasta su desembocadura en el río Gállego.
El caserío de Rasal viene marcado por edificaciones con tejados de lajas de piedra que enseñorean monumentales chimeneas, o “chamineras”, troncocónicas que lucen “espantabrujas” en la parte superior de las mismas, una manera tradicional de proteger los hogares de los malos espíritus.
La iglesia parroquial está dedicada a San Vicente. Se trata de un edificio del siglo XVIII que tiene la importancia de guardar en su interior la talla románica sedente de la Virgen Mora (siglo XII), que se encontraba originalmente en la ermita de la Virgen de los Ríos, actualmente en ruinas.
Además, el visitante podrá ver la ermita de San Juan Bautista, del siglo XI, de la tipología mozárabe que encontramos en las iglesias de Serrablo, así como los covachos o albergues que según la leyenda fueron habitados por la reina mora, más conocida como la “Morgana”.
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